Desde la mente a la mano

Desde el momento en que el hombre escribe y expresa sus pensamientos en forma comprensible a los demás, se cumple el fin del lenguaje, transmitir lo pensado a lo escrito .El uso del lenguaje es un fenómeno complejo en el cual si fácil no es hablar, tampoco lo es escribir con corrección.

Escribir es una disciplina que lleva tiempo dominar, expresar sentimientos, o describir objetos o lugares, o simplemente hablar metalingüísticamente es todo un arte.

Tenemos varias novelas como “Perfume” de Patrick Süskind, o la poesía de Edgar Allan Poe, haciendo referencia a su obra “El Cuervo”, incluso escribir se puede relacionar con cantos u otras ramas del arte.

Escribir un cuento, una novela, una canción, una obra te teatro implica, además de escribir de la manera correcta, tener imaginación y saber usar las palabras para que el lector juegue con la suya e imagino todo lo escrito. Por ejemplo, la novela “Perfume”, siendo mi favorita, describe olores asquerosos, sabrosos, dulces, agrios, los cuales hacen que el lector imagine exactamente lo que el autor Patrick Süskind quiso dar a entender, en mi caso cerré tres veces el libro al imaginarme varios de los olores que describía. 

Además, no hay como leer una buena novela para pasar el tiempo y reflexionar un poco, identificarse con las anécdotas de los personajes y entrar al mundo de un libro puede llegar a cambiar muchos aspectos de nuestra vida, por ejemplo, el libro “La Tregua” de Mario Benedetti conmovió a demasiadas personas, la vida que describe esta hermosa obra de arte hace referencia a la vida cotidiana de una persona normal, que odia, ama, ríe, llora, siente, etcétera, lo cual cautiva al lector y lo enreda en una historia de sentimientos encontrados que identificamos rápidamente. En pocas palabras, es ponerse en el lugar del personaje y vivir una fantasía.

Escribir para muchos puede ser un pasatiempo, una profesión, pero nunca será algo sin sentido, es un arte.

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